Teotihuacán, la Ciudad de los Dioses de Mesoamérica

En México se encuentra una ciudad arqueológica maravillosa llena de secretos es Teotihuacán “Ciudad de los Dioses”, que es patrimonio cultural de la humanidad. En Mesoamérica la etapa conocida como Clásico se dio del 200 d.C al 900 d.C, se caracterizó por la creación de ciudades entre las que destacaron Monte Albán, Palenque, Tikal, Copán y Teotihuacán.

Después de la erupción del volcán Xitle, la población de Cuiculco en el sur del Valle de México, tuvo que buscar otro lugar para vivir. Mucha gente se fue a vivir a Teotihuacán que en el período clásico, sería la ciudad y centro ceremonial por antonomasia de Mesoamérica. Teotihuacán fue un centro comercial y espiritual con influencia en toda la América Media. Desde el punto de vista comercial estaba en relación con centros de distribución como Cholula, Xochicalco y Tajín.

Desde Cuicuilco y Teotihuacán el poder de Mesoamérica y luego de la Nueva España y de México se ha concentrado en tono al Valle de México, como se muestra claramente en las salas del Museo Nacional de Antropología e Historia.

Teotihuacán en la Mitología náhuatl

Los mitos nahuas mencionan que el mundo había pasado por cuatro etapas o soles, en cada una había existido un tipo de ser humano, algunos fueron gigantes otros parecidos a los monos, etc. Cada uno de los soles había sido destruido y el quinto sol que es el actual surgió en Teotihuacán. Teotihuacán quiere decir el lugar de los dioses.

Los dioses se reunieron para convertirse en el sol, fueron elegidos Tecuciztecatl y Nanahuatzin. El primero era rico y vanidoso; mientras que el segundo era humilde y feo. Se le dio oportunidad a Tecuciztecatl de lanzarse al fuego, pero tuvo miedo y retrocedió. Entonces llegó la oportunidad de Nanahuatzin que con valentía y aplomo se lanzó al fuego, convirtiéndose en el sol.

Tecuciztecatl se sintió avergonzado y se lanzó al fuego convirtiéndose en la luna, los dioses para evitar que brillara más que el sol, lanzaron un conejo a la luna, por eso es que se dibuja su silueta en la faz del satélite de la tierra.

El sitio arqueológico de Teotihuacán

Teotihuacán, también conocida como la “Ciudad de los Dioses”, es uno de los sitios arqueológicos más impresionantes y enigmáticos de Mesoamérica. Ubicada en el actual estado de México, a unos 50 km al noreste de la Ciudad de México, esta antigua ciudad fue un centro religioso, político y cultural durante su apogeo entre los siglos I y VII d.C.

Aunque aún se desconocen muchos aspectos de su historia, Teotihuacán ha fascinado a arqueólogos y viajeros de todo el mundo por su monumental arquitectura, su misteriosa desaparición y su influencia en la cultura mesoamericana.

Se cree que Teotihuacán fue fundada alrededor del año 100 a.C. y alcanzó su máximo esplendor entre los años 250 y 600 d.C. Durante este período, la ciudad albergó a más de 100,000 habitantes, convirtiéndose en una de las mayores ciudades del mundo en ese momento y el principal centro urbano en Mesoamérica.

Aunque la identidad de los fundadores de ciudad sigue siendo incierta, estudios recientes sugieren que la ciudad pudo haber sido habitada por diferentes grupos étnicos, incluidos los totonacas, los otomíes y los zapotecos. La ciudad ejerció una gran influencia en toda la región mesoamericana, especialmente en el Altiplano Central, el Valle de Oaxaca, y hasta las tierras bajas mayas en la Península de Yucatán.

Teotihuacán es conocida no solo por su impresionante arquitectura, sino también por su planificación urbana sofisticada. La ciudad fue cuidadosamente diseñada con un plano cuadriculado, con la Avenida de los Muertos como eje central. La construcción de grandes monumentos, como las pirámides y los templos, y la influencia cultural de la ciudad reflejan su importancia como centro ceremonial y comercial.

Pirámides de Teotihuacán

El sitio arqueológico está dominado por dos enormes pirámides, que siguen siendo los principales atractivos de Teotihuacán:

1. Pirámide del Sol

La Pirámide del Sol es la estructura más grande y una de las más importantes de Teotihuacán, y una de las pirámides más grandes del mundo. Con una altura de aproximadamente 65 metros y una base de 225 metros por lado, esta pirámide está construida en cinco niveles y es el principal centro ceremonial de la ciudad.

Pirámide del Sol
  • Función religiosa: Aunque no se conoce con certeza la función exacta de la pirámide, se cree que estaba dedicada al culto del dios solar y que jugaba un papel importante en las ceremonias astronómicas.
  • Estructura: La pirámide tiene una estructura interna con túneles y cámaras subterráneas. En su interior se encontraron restos de ofrendas, como máscaras de jade y obsidiana, lo que sugiere que era un sitio de gran importancia ritual.

2. Pirámide de la Luna

La Pirámide de la Luna, ubicada al norte de la ciudad, es la segunda estructura más grande de Teotihuacán. Aunque más pequeña que la Pirámide del Sol, su ubicación en la parte superior de la Avenida de los Muertos le otorga un gran significado simbólico y ritual.

  • Función ceremonial: Se cree que estaba asociada con rituales relacionados con la fertilidad, el agua y la deidad femenina. Desde la cima de la pirámide, se tienen vistas espectaculares de todo el complejo arqueológico.
  • Ofrendas: Las excavaciones en la pirámide han revelado entierros humanos y de animales, junto con objetos de jade y cerámica, lo que confirma su uso como sitio ceremonial.

Avenida de los Muertos

La Avenida de los Muertos es la principal vía de Teotihuacán, y corre de norte a sur, conectando la Pirámide de la Luna en su extremo norte con otras estructuras importantes a lo largo del camino, como la Ciudadela y el Templo de Quetzalcóatl. La avenida tiene una longitud de aproximadamente 2.5 kilómetros, y está flanqueada por plataformas, templos y complejos residenciales.

Avenida de los Muertos
  • Nombre: El nombre “Avenida de los Muertos” fue dado por los mexicas (aztecas) cuando llegaron a Teotihuacán siglos después de su caída. Creían que las plataformas a los lados de la avenida eran tumbas, aunque en realidad eran altares y edificios ceremoniales.
  • Importancia ritual: La avenida funcionaba como el principal eje ceremonial de la ciudad, donde se realizaban grandes procesiones, eventos religiosos y rituales en honor a los dioses.

Templo de Quetzalcóatl (La Serpiente Emplumada)

Otro de los principales edificios de Teotihuacán es el Templo de Quetzalcóatl, también conocido como el Templo de la Serpiente Emplumada. Este templo se encuentra en el área conocida como la Ciudadela, un gran complejo que se cree que funcionaba como centro político y religioso.

Templo de Quetzalcóatl
  • Decoración: El templo está ricamente decorado con esculturas en relieve que representan a Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, y a Tláloc, el dios de la lluvia. Las esculturas y cabezas de serpientes que adornan la fachada son características distintivas del templo.
  • Sacrificios humanos: Se han encontrado restos de sacrificios humanos en las excavaciones del templo, lo que sugiere que se realizaban rituales sangrientos para honrar a los dioses y asegurar la continuidad del ciclo de la vida.

Ciudadela y Palacio de Quetzalpapálotl

Dentro del sitio también destaca la Ciudadela, una gran plaza rodeada de templos y residencias de la élite, incluyendo el Palacio de Quetzalpapálotl, que albergaba a los sacerdotes y gobernantes de Teotihuacán.

  • Palacio de Quetzalpapálotl: Este palacio es conocido por sus intrincadas decoraciones, con columnas talladas que muestran figuras de quetzales y mariposas (de ahí el nombre Quetzalpapálotl, que significa “Mariposa Quetzal”). También cuenta con frescos y relieves que representan escenas mitológicas.

Dioses principales de Teotihuacán

Destacan en Teotihuacán los templos de Quetzalcoatl en donde ya se advierte el culto a la serpiente emplumada, razón por la cual varios historiadores y arqueólogos, consideran que Tula en realidad sería Teotihuacán y no Xocotitla, Hidalgo.

En Teotihuacán se observa ya también el culto a Tláloc o dios del agua, que fue representado en la iconografía de las pinturas murales en el Tlalocan. Otra deidad representada en Teotihuacán, sería Huehueteotl, dios del fuego, elemento contrario al de Tláloc.

Aquí te presento a los principales dioses venerados en Teotihuacán:

1. Tláloc (Dios de la lluvia y la fertilidad)

Tláloc

Tláloc era uno de los dioses más importantes de Teotihuacán y también en otras culturas mesoamericanas como los mexicas. Se le veneraba como el dios de la lluvia, el agua y la fertilidad, ya que dependía de él la agricultura, base de la economía teotihuacana.

  • Representación: Se solía representar con ojos grandes y redondos, colmillos largos y con una máscara distintiva que evocaba rayos. También portaba vasijas o cántaros de agua, simbolizando la lluvia.
  • Rituales y culto: En su honor se realizaban sacrificios y ofrendas para asegurar buenas cosechas y lluvias abundantes. Se cree que muchos de los rituales asociados con Tláloc estaban relacionados con la montaña de agua y los ciclos agrícolas.

2. Quetzalcóatl (La serpiente emplumada)

Quetzalcóatl

Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, era una deidad de suma importancia no solo en Teotihuacán, sino en toda Mesoamérica. Es una figura compleja que representa el conocimiento, la creación, el viento y la vida. Este dios tenía una dualidad que combinaba el poder terrestre (representado por la serpiente) y el poder celestial (representado por las plumas).

  • Representación: Quetzalcóatl es representado como una serpiente con plumas de quetzal, un ave exótica de color verde brillante. En muchos relieves y esculturas se muestra su imagen en las paredes de templos y pirámides.
  • Rituales y culto: En la ciudad, el Templo de la Serpiente Emplumada (Pirámide de Quetzalcóatl) es uno de los monumentos más importantes y está decorado con cabezas de serpientes emplumadas. El culto a Quetzalcóatl estaba relacionado con la creación del mundo y el calendario, y también se le asociaba con el viento y las lluvias fertilizadoras.

3. Huehuetéotl (El dios del fuego)

Huehuetéotl

Huehuetéotl, el dios del fuego y el calor, era una deidad de gran antigüedad venerada en Teotihuacán y otras civilizaciones mesoamericanas. Representaba tanto el poder destructivo como el regenerador del fuego.

  • Representación: Huehuetéotl solía ser representado como un anciano encorvado que sostenía un brasero sobre su cabeza, simbolizando el fuego eterno. Esta imagen de vejez también lo vinculaba con la sabiduría ancestral.
  • Rituales y culto: Huehuetéotl era esencial en rituales relacionados con el fuego nuevo, ciclos de vida y muerte, y la renovación de la creación. En Teotihuacán, se le rendía culto en fogatas ceremoniales, y su influencia se asociaba con la renovación del cosmos cada 52 años, un ciclo importante en el calendario mesoamericano.

4. Tezcatlipoca (Espejo humeante)

Tezcatlipoca es una deidad compleja asociada con el poder, la guerra, la oscuridad y la magia. Aunque su culto era más prominente en la cultura mexica, existen evidencias de que su adoración comenzó en Teotihuacán.

  • Representación: Tezcatlipoca es representado como un dios con una banda negra sobre los ojos y a menudo con un espejo humeante en el pecho o en una de sus extremidades, simbolizando el reflejo de la verdad y el engaño.
  • Rituales y culto: A Tezcatlipoca se le consideraba un dios caprichoso y poderoso, que podía otorgar fortuna o desgracia. Aunque su culto no era tan dominante en Teotihuacán, su influencia se refleja en la dualidad de la guerra y el poder que caracterizaba a las élites de la ciudad.

5. Chalchiuhtlicue (Diosa de los lagos y los ríos)

Chalchiuhtlicue, la diosa de los ríos, lagos y aguas dulces, era una deidad de gran importancia para los teotihuacanos, complementando el papel de Tláloc, el dios de la lluvia. Su nombre significa “la de la falda de jade”, haciendo referencia a su conexión con el agua y la fertilidad.

  • Representación: Chalchiuhtlicue se representaba con faldas adornadas con símbolos de agua y jade, y a menudo era retratada con una apariencia majestuosa y serena.
  • Rituales y culto: Chalchiuhtlicue era adorada como la protectora de los cuerpos de agua y, por ende, de las fuentes de vida. Las ceremonias en su honor buscaban la protección de las fuentes de agua y la fertilidad de la tierra.

6. Mictlantecuhtli (Dios del inframundo)

Mictlantecuhtli, el dios del inframundo y de los muertos, tenía un lugar importante en las creencias teotihuacanas. Era el soberano de Mictlán, el lugar al que iban los difuntos, y su presencia en la religión refleja la dualidad de vida y muerte en la cosmovisión mesoamericana.

  • Representación: Mictlantecuhtli es representado como un esqueleto humano, a veces con detalles que resaltan su naturaleza aterradora. A menudo se le muestra rodeado de símbolos de muerte, como cráneos y huesos.
  • Rituales y culto: El culto a Mictlantecuhtli estaba vinculado a la muerte, el renacimiento y el ciclo eterno de vida y muerte. Los sacrificios y ceremonias relacionadas con los muertos eran comunes, y se le ofrendaban para apaciguar su poder en el inframundo.

Caída de Teotihuacán

El colapso de Teotihuacán es uno de los grandes misterios de la historia mesoamericana. A pesar de su inmensa influencia, la ciudad fue abandonada abruptamente alrededor del año 750 d.C. Se cree que una combinación de factores, como cambios climáticos, revueltas internas y invasiones externas, contribuyeron a su declive.

A pesar de su caída, el legado de Teotihuacán continuó influyendo en otras culturas mesoamericanas, como los mexicas, que la consideraban un lugar sagrado y creían que era el lugar donde los dioses habían creado el Sol y la Luna.

Importancia actual de Teotihuacán

Desde la altura se aprecia la serranía que rodea su valle. Ya desde la época prehispánica Teotihuacán causaba asombro a grupos posteriores como los mexicas. La zona arqueológica fue inaugurada en 1910 a razón de los festejos del centenario del inicio del movimiento insurgente por don Porfirio Díaz.

En 1987 la Unesco nombró a Teotihuacán patrimonio cultural de la humanidad. Actualmente es una de las zonas arqueológicas más visitadas del país por el turismo cultural. Esto se acentúa el 21 de marzo, cuando entra la primavera, porque muchas personas tienen la idea de que es el momento oportuno para llenarse de energía. Van vestidos de blanco y efectúan una serie de limpias, el problema es que a veces tanta afluencia puede dañar las estructuras arqueológicas, por lo que es importante cuidarlas para conservarlas para generaciones posteriores.