Los puzles conceptuales son a la filosofía lo mismo que los experimentos a la ciencia natural. Se presentan aquí cinco puzles de la teoría del significado.
Decía Bertrand Russell (1872-1970) en su artículo On Denoting (1905) que los puzles son a la filosofía lo mismo que los experimentos a la ciencia natural. Si una teoría científica es superior a otra porque explica un mayor número de experimentos, una teoría filosófica es superior a otra porque resuelve un mayor número de puzles.
Filosofía del lenguaje, teoría del significado y teoría de la referencia
Un puzle es una dificultad conceptual que generalmente desemboca en una paradoja. Las filosofías occidentales y orientales están repletas de ellos. Los cinco que exponemos a continuación pertenecen a la teoría de la referencia, rama de la teoría del significado (a su vez rama de la filosofía de lenguaje) que se ocupa de las relaciones entre las expresiones nominales y sus referentes.
Tales relaciones se estudian desde dos perspectivas: genética (cómo adquieren referencia las expresiones nominales), y composicional (cómo contribuye la referencia de una expresión nominal al significado global de la oración en que aparece). Aquí es relevante la segunda perspectiva.
Cinco puzles de la referencia
Con el primer puzle, Gottlob Frege (1848-1925) inaugura la moderna filosofía del lenguaje en Ueber Sinn und Bedeutung (1892). Los tres siguientes son propuestos por Russell en On Denoting. Estos cuatro primeros puzles son los que abren el libro Modos de significar (1997) de Alfonso García Suárez. El quinto puzle es discutido por Saul Kripke (n. 1940) tanto en su artículo Identity and Necessity (1971) como en su libro Naming and Necessity (1972).
Primer puzle: oraciones informativas de identidad
Consideremos el nombre “Enrique Tierno Galván” y la descripción “el alcalde de Madrid en 1982”. Podríamos escoger también dos nombres o dos descripciones. Lo importante es que al combinar dos expresiones nominales mediante oraciones de identidad se obtienen cuatro posibilidades:
- Enrique Tierno Galván es Enrique Tierno Galván.
- Enrique Tierno Galván es el alcalde de Madrid en 1982.
- El alcalde de Madrid en 1982 es Enrique Tierno Galván.
- El alcalde de Madrid en 1982 es el alcalde de Madrid en 1982.
Las oraciones 1 y 4 son verdaderas en virtud de su mera sintaxis, es decir, no aportan ningún conocimiento nuevo a quien las lee o escucha. Son instancias del principio de identidad, por el cual todo objeto es idéntico a sí mismo. Las oraciones 2 y 3, en cambio, sí proporcionan conocimiento; afirman, con independencia de si son verdaderas o falsas, que Enrique Tierno Galván fue alcalde de Madrid en 1982.
¿Cómo es posible que 1 y 4 tengan un valor cognoscitivo distinto de 2 y 3? ¿Acaso no afirman todas ellas la identidad de un objeto consigo mismo?
Segundo puzle: oraciones de creencia
Consideremos las oraciones siguientes:
- Pedro cree que Juan fuma.
- Juan es el amor platónico de Ana.
- Pedro cree que el amor platónico de Ana fuma.
¿Se sigue 3 a partir de 1 y 2? Por la ley de sustitución de los idénticos, si x = y, toda oración verdadera A en la que aparece x sigue siendo verdadera cuando sustituimos x por y tantas veces como aparezca x. Así pues, interpretando que 1 es A y que 2 es x = y, deberíamos poder concluir 3 desde 1 y 2. Pero esto es más que cuestionable.
Tercer puzle: la existencia como predicado
Parece que el predicado “existe” no debería causar más problemas de los que causan predicados como “conduce la electricidad” o “es íntimo amigo de Juan“. Consideremos estas oraciones:
- Sudáfrica existe.
- Sudáfrica no existe.
- Zeus existe.
- Zeus no existe.
Diríamos que 1 es verdadera, 2 falsa, 3 falsa y 4 verdadera. Ahora bien, las dos oraciones supuestamente verdaderas son paradójicas. La oración 1 parece ser verdadera simplemente porque “Sudáfrica” tiene un referente, independientemente de cuál sea. Pero este tipo de cualidad es la que reservamos a las verdades lógicas. En cuanto a 4, afirmamos la inexistencia de algo que sin embargo funciona como referencia de un nombre y por tanto existe en algún sentido.
Cuarto puzle: las expresiones nominales vacías
Las oraciones donde aparecen expresiones nominales que no tienen referente parecen no respetar el principio del tercero excluido, por el cual es siempre verdadero “A o no A” para toda oración A. Consideremos por ejemplo “El último número primo acaba en 7“, sabiendo que hay infinitos números primos.
¿Qué oración será verdadera? ¿La que dice que el último primo acaba en 7 o la que dice que no acaba en 7? Claramente, “El último número primo acaba en 7” no puede considerarse verdadera, pero tampoco es fácil admitir que “El último número primo no acaba en 7” sea verdadera, pues no existe ningún número que sea el último primo y cuyo último dígito sea distinto de 7.
Quinto puzle: oraciones necesarias de identidad
Una oración es necesariamente verdadera si es verdadera en todo mundo posible, no sólo en el actual. Intuitivamente, es necesario que una manzana más pequeña que un cesto quepa dentro del cesto, pero no es necesario que Eva ofreciera una manzana a Adán, pues cabe imaginar un mundo posible donde la Biblia hable de un pedazo de pan y no de una manzana.
El puzle de las identidades necesarias tiene esta forma:
- Por la ley de sustitución de los idénticos, si x = y, entonces toda propiedad de x es también propiedad de y.
- Tomando en 1 la propiedad “ser necesariamente igual al objeto x“, obtenemos: si x = y, entonces que sea necesario x = x implica que es necesario x = y.
- Todo objeto es necesariamente idéntico a sí mismo.
- De 2 y 3 se sigue: si x = y, entonces es necesario x = y.
En virtud de este razonamiento, necesariamente Obama es el presidente de Estados Unidos en 2010 por el mero hecho de serlo. Pero esto choca con nuestra intuición de que el presidente de Estados Unidos en 2010 podría haber sido alguien distinto a Obama.