Cuenta Corriente Mercantil Codigo De Comercio
La Cuenta Corriente Mercantil (CCM), regulada en el Código de Comercio, es fundamentalmente un contrato. En esencia, es un acuerdo entre dos comerciantes donde se obligan a convertir en créditos recíprocos, inembargables e indivisibles las remesas mutuas que se hagan, ya sea en dinero, efectos o valores. Es decir, en lugar de pagar cada transacción individualmente, se registran las operaciones en una cuenta común, y solo se paga el saldo final.
El concepto clave es la compensación. Imagina que María le vende zapatos a Juan por $100, y Juan le vende bolsos a María por $80. En lugar de que cada uno pague individualmente, la CCM registra ambas operaciones. Al final del periodo acordado (digamos, un mes), solo se pagarán los $20 de diferencia que María debe a Juan. Esto simplifica enormemente las transacciones entre comerciantes que interactúan frecuentemente.
Un aspecto importante es la indivisibilidad. Mientras la cuenta esté abierta, las remesas individuales no pueden ser reclamadas o embargadas. Forman parte de un todo hasta el cierre de la cuenta. Esto proporciona una seguridad y estabilidad a la relación comercial.
El Código de Comercio establece los lineamientos generales, pero las partes tienen libertad para definir los detalles del contrato, como la periodicidad del cierre, los intereses aplicables (si los hay), y los tipos de operaciones que se incluirán en la cuenta. Por ejemplo, un contrato podría especificar que solo se incluirán las compras y ventas de mercancía, excluyendo otros servicios.
En la práctica, la CCM se utiliza principalmente entre proveedores y clientes habituales. Si eres un pequeño empresario que compra frecuentemente a un mismo proveedor, proponerle una CCM podría simplificar los pagos y reducir la carga administrativa. También puede ser útil en relaciones comerciales a largo plazo donde la confianza mutua es alta.
