Falto Conclusion Al Ser Y Tiempo De Heidegger
¡Hola, amigos! ¿Alguna vez han sentido que están leyendo un libro súper interesante, la trama está en su punto más álgido, y de repente… ¡BAM! Se acaba? ¡Así me siento yo con Ser y Tiempo de Heidegger!
Este libro, ¡oh, este libro!, es como una mega fiesta filosófica. Imagínense: están invitados a una mansión enorme, llena de habitaciones misteriosas, cada una con una pregunta existencial más profunda que la anterior. Están ahí, bailando con el Dasein (el ser ahí, o sea, nosotros), explorando el concepto del "ser-para-la-muerte" (¡qué animado!), y reflexionando sobre la autenticidad. ¡La música está genial, las luces son psicodélicas, y el ambiente está cargadísimo de ideas!
El Gran Abandono Filosófico
Pero, amigos míos, justo cuando la fiesta está en su mejor momento, cuando están a punto de descubrir el secreto final del universo, Heidegger... ¡se va! Sí, así como lo oyen. Desaparece en medio de la noche, dejando a todos boquiabiertos y con un montón de preguntas sin responder.
Es como si estuvieran viendo una película de detectives increíble, el protagonista está a punto de revelar quién es el asesino, la cámara hace un close-up dramático… ¡y la pantalla se pone en negro! ¡Créditos! ¿En serio?
La sensación es de: “¡Pero Heidegger! ¡¿Qué pasó con el tiempo?! ¿Cómo se relaciona todo esto con la historia del ser? ¡Necesito respuestas!”. Es como si te ofrecieran el pastel más delicioso del mundo, te dieran una probadita, y luego… ¡te lo quitaran de las manos! ¡Cruel!
¿Dónde está la conclusión?
La explicación, a grandes rasgos, es que Heidegger quería explorar la relación entre el Dasein (nuestra existencia) y el ser en sí mismo. El problema es que nunca llegó a completar esa conexión. Se enfocó tanto en analizar la existencia humana que la parte de "el ser" quedó... bueno, inconclusa.
Imagínense que están construyendo una casa espectacular. Tienen los cimientos, las paredes, el techo… ¡todo! Pero al final, se dan cuenta de que les faltó conectar las tuberías y el sistema eléctrico. ¡La casa está hermosa, pero no funciona del todo!
Algunos dirán que esta falta de conclusión es parte de la genialidad de Heidegger. Que nos invita a pensar por nosotros mismos y a construir nuestra propia comprensión del ser. ¡Que nos deja la puerta abierta a la interpretación!
Otros, como yo, tal vez, suspiramos y decimos: "¡Ah, Heidegger, cuánto nos haces sufrir!". Pero, ¡ojo!, ese sufrimiento es también parte de la experiencia filosófica. Nos obliga a confrontar la incompletitud, la incertidumbre, la falta de respuestas fáciles. ¡Y eso, al final, puede ser muy valioso!
"El lenguaje es la casa del ser. En su morada habita el hombre." - Martin Heidegger (… aunque no nos diga cómo decorarla del todo).
Así que, la próxima vez que se sientan frustrados por la falta de una conclusión en Ser y Tiempo, recuerden que no están solos. ¡Todos hemos estado ahí! Y, quizás, esa frustración es precisamente lo que Heidegger quería provocar en nosotros: la necesidad de seguir buscando, de seguir preguntando, de seguir filosofando… ¡incluso sin un final feliz! ¡A filosofar se ha dicho!
