Son Elementos Que Poseen Una Baja Reactividad
Los elementos de baja reactividad son aquellos que tienen poca tendencia a combinarse con otros elementos para formar compuestos. En otras palabras, no les gusta reaccionar.
¿Por qué ocurre esto? La reactividad de un elemento depende de su configuración electrónica, específicamente de sus electrones de la capa más externa (los electrones de valencia). Los átomos "quieren" tener su capa externa completa para ser más estables.
Los elementos con baja reactividad ya tienen su capa externa completa. Esto significa que no necesitan ganar, perder o compartir electrones para alcanzar la estabilidad. Por lo tanto, no necesitan reaccionar con otros átomos.
El ejemplo más claro de elementos con baja reactividad son los gases nobles (también llamados gases inertes). Se encuentran en el Grupo 18 de la tabla periódica. Algunos ejemplos son el helio (He), el neón (Ne), el argón (Ar) y el kriptón (Kr).
Ejemplo: El helio tiene solo dos electrones, y su capa externa (la primera y única) puede contener un máximo de dos electrones. Por lo tanto, su capa está completa y es muy estable. Por eso se usa en globos, ya que no reacciona con el aire.
El argón, por otro lado, tiene 18 electrones. Su capa externa tiene 8 electrones, que es el máximo que puede contener. También es extremadamente estable y no reacciona fácilmente. Se utiliza para proteger de la oxidación en soldaduras o para llenar bombillas.
Aunque los gases nobles son los ejemplos más comunes, otros elementos también pueden mostrar baja reactividad en ciertas condiciones. Por ejemplo, algunos metales nobles como el oro (Au) y el platino (Pt) son conocidos por su resistencia a la corrosión y su baja tendencia a reaccionar con otros elementos. Esto se debe a que forman enlaces muy fuertes entre sus propios átomos, lo que dificulta que otros átomos se unan a ellos.
En resumen, la baja reactividad de un elemento está directamente relacionada con la estabilidad de su configuración electrónica. Los elementos con capas externas completas son inherentemente menos propensos a reaccionar, lo que los hace valiosos en diversas aplicaciones donde la inercia química es deseable.
